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Han sido tiempos difíciles para todos, pero también tiempos en que hemos podido compartir de una manera diferente, más cercana, en unión con nuestras familias.

Hoy se celebra Jueves Santo y se conmemora la última cena, recordando el sufrimiento de Cristo. El Jueves Santo estamos llamados a reconciliarnos con el prójimo y abrir nuestros corazones encontrando el sentido del amor. Hoy podemos valorar lo mucho que tenemos, en afectos, solidaridad, en el amor de nuestra familia, en la naturaleza que nos rodea, en la vida y salud que conservamos.

Es hora de agradecer y conservar la esperanza de que todo irá mejor. Abracemos a nuestros niños y entreguémosle la certeza de que están en un ambiente protegido y que será un buen tiempo para compartir nuestros valores en familia.

Los invito a relatarles a nuestros hijos sobre la leyenda del Conejito de Pascua.

 

La Leyenda del Conejo de Pascua

 Se cuenta sobre un pequeño conejito que se encontraba dentro de la cueva en donde los apóstoles y creyentes depositaron a Cristo. Cerraron con una roca y el conejo miraba sin entender de quien se trataba. De pronto, Cristo se levantó y el conejito vio como un ángel corría la piedra para que pudiese salir. Entonces su corazón se llenó de alegría al comprender que el hijo de Dios volvía a la vida. Tan contento el animalito, quizo llevar la buena nueva pero no salían palabras de su boca. Por eso tuvo que ser muy inteligente para encontrar la manera de poder comunicarle al mundo lo que había visto. El conejito sentía la necesidad de decir a todas las personas que Jesús era el hijo de Dios y que él lo había podido comprobar.

Lo que comenzó a hacer es a pintar huevos de todos los colores, si no podía transmitir lo que sentía a las personas, por lo menos haría hermosos huevos para demostrar que se debe estar feliz y alegre durante el día donde Cristo volvió a la vida, por eso es que todos los domingos de pascua sale a repartir los huevos que los niños esperan con tanta esperanza.

Es tiempo de compartir en familia nuestro propio huevito de pascua, hay muchas formas de hacerlo con nuestros niños, ya sea pintando, cocinando, cantando o dibujando.

El Domingo celebramos la Resurrección y es el momento de reavivar nuestros buenos deseos y esperanzas de que habrá oportunidad de un próspero resurgimiento para todos en un futuro próximo.

Deseándoles  un reparador descanso en familia,

Rectoría